El capitulo
dos del libro de Daniel esta escrito en hebreo y arameo y contiene el desarrollo
de la profecía de la historia del mundo.
En una noche,
el rey Nabucodonosor tuvo un sueño y vio un gran estatua con la cabeza de oro,
su pecho y sus brazos, de plata, su vientre y su muslo, de bronce, sus piernas,
de hierro, sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.(Daniel 2,
31-33).
El rey
contempló la estatua hasta que vio una piedra cortada, sin mano humana, de un
monte que hirió la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido desmenuzándola.(Dan
2, 34-35).
El problema
fue que el rey olvido su sueño y mandó a su sabios pidiéndoles que le revelen
el sueño y la interpretación. Las premenciones del soberano eran justas ya que
estos estudiosos de la corte, magos y astrólogos, se llevaban buenos salarios
por la profesión que destacaban como magos y adivinos. Sin embargo lo que pedía
el rey era difícil de conseguir incluso para personas con tal preparación.
Daniel y sus compañeros pidieron en oración a su Dios de Israel y consiguieron
recibir, por revelación divina, tanto el sueño como la interpretación, salvando así la vida
de estos sabios babilónicos, cuyas vidas corrían gran peligro por la impotencia
de satisfacer las exigencias del rey.
Esta historia
no paso al olvido, ya que a Dios le pertenece lo de revelar el futuro a quien
el quiere, ya que el es el soberano de la historia(Daniel 2,27-28).
Dios le quiso
revelar al rey Nabucodonosor la sucesión de los grandes poderes que van a
suceder a Babilonia, sus caídas, y el fin del mundo, cuando, al igual que con
la estatua del sueño, los grandes poderes del mundo se desmenuzarán. Esta revelación
le iba a ser dada por un profeta del pueblo elegido de Dios en aquel tiempo,
para demostrar su interés y su preocupación por sus hijos fieles de esta
tierra, frente a la idolatría y la decadencia del mundo pagano.
Aparte de la
sucesión de los reinos que quedaran identificados en los siguientes capítulos
del libros de Daniel(Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma), Dios quiere
subrayar en esta revelación divina, su providencia y su soberanía en el mundo,
la decadencia y la deficiencia de la idolatría(los metales se van depreciando,
del oro a hierro y después barro), el triunfo final del reino de Dios(la piedra
que destruye la estatua y después llena todo el mundo, Conf. Daniel 2,35), el
juicio del cielo sobre este mundo y la restauración de la Tierra.
Una ves mas
Daniel, el varon amado por Dios consigue ganar el respeto y el del rey
babilonico por su pueblo, demonstrando una ves mas que Dios esta con los que le
aman y le obedecen.
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